UTOPÍAS Y REALIDADES: LA TITÁNICA EXPERIENCIA DE DAR CLASE EN UN CENTRO DOCENTE DE ANDALUCÍA

3 - octubre - 2018 Comunicados de USTEA | Sevilla

A través de una web corporativa del Gobierno de Aragón tenemos noticia de la reciente celebración del II Congreso Internacional de Innovación Educativa organizado por dicha Administración autonómica con el patrocinio de “la Fundación Ibercaja, Fundación Telefónica, la Obra Social de La Caixa, iEducando, Microsoft, Santillana, Samsung y las Cámaras de Comercio de Aragón”. Durante las jornadas diversos expertos y expertas de todo el mundo han abordado aspectos como “la emoción en el aprendizaje, la transformación de espacios y la innovación en las aulas”. Viene siendo tradición desde hace varios años que instituciones privadas de todo tipo vendan con abundante fuego de artificio retórico el último grito en la revolución educativa, aderezado normalmente con la consigna del gurú del momento, a menudo procedente del mundo empresarial y casi siempre ajeno a la experiencia docente. Si existe una organización sindical a la que no se puede acusar precisamente de desinterés por la innovación educativa y la defensa de un modelo de escuela alternativo, incluidos los aspectos metodológicos, esa es precisamente USTEA. No obstante, nos permitiremos glosar algunas de las conclusiones del congreso arriba citado a la luz de la fantasía distópica en que la acción (o, según se mire, la inacción) de la CEJA ha convertido la realidad cotidiana de las aulas andaluzas.

Dice así el resumen de las jornadas que “La transformación del mundo actual y el diseño de uno mejor empiezan en la escuela. Tanto es así que la innovación en el aula se ha convertido en la medida de la innovación de un país y de una sociedad”. Poco mide el exiguo presupuesto educativo de la Junta, por lo que USTEA viene exigiendo una inversión de al menos el 7% del PIB que haga posible la disminución de ratios en las aulas para mejorar la atención a la diversidad, apoyos y refuerzos, una educación más democrática; objetivos que recogemos en el documento La Escuela que Queremos.

Prosigue la conclusión del congreso celebrado en Aragón declarando que “El colegio debe ser un sitio lleno de aventuras en el que los docentes propongan retos para conseguir que, cuando las madres y los padres pregunten a sus hijos qué han hecho en el cole, estos no respondan: Nada. En ese colegio caben y deben estar todos: docentes, familias y alumnado”. Tales aventuras se convierten en novelas de terror ante las ratios elevadas de tantos centros de primaria con grupos de 27 y 28 alumnas y alumnos (cifra supuestamente reservada a la excepcionalidad según la normativa) en el CEIP Guliena de Guillena, en el Parque Alcosa, en el CEIP Arrayanes… y tantos otros colegios por toda la provincia. O ante los grupos de bachillerato a 42, como en el IES Chaves Nogales de Sevilla Este. Una realidad de pérdida de líneas y hacinamiento del alumnado que dificulta la organización de actividades a pesar de la voluntariedad del profesorado esta circunstancias.

El tercer punto del resumen del congreso enuncia: “La innovación hay que compartirla con la comunidad educativa y crear ecosistemas innovadores. Con la suma se multiplican resultados”. Estaría genial disponer en Andalucía de recursos físicos como pizarras digitales, tablets u ordenadores. De hecho, en el CEIP Fernando Villalón de Morón hay pizarras digitales hechas con un mando de la Wii y aulas de informática con dos ordenadores hecho de piezas. La imaginación y la implicación del profesorado ante la precariedad de recursos (tantas aulas de informática o música que no están suficientemente dotadas de medios) no tiene límites.

En cuarto lugar se recoge que “El espacio puede convertirse en el tercer profesor. La arquitectura y el diseño son una herramienta para influir en la educación y pueden propiciar que el alumnado deje de ser pasivo en su aprendizaje y se active. El espacio debe generar motivación, no subordinación”. ¿Qué currículum oculto propicia la situación de centros como el CEIP Bernardo Barco de La Campana con paredes que se abren, los hilos de agua cayendo de los tubos fluorescentes y el insoportable olor a humedad del curso pasado en el CEIP María Auxiliadora de Morón, las clases inutilizadas los días de lluvia por goteras en el IES Albero de Alcalá de Guadaíra o las sillas y mesas rotas del CEIP San José de Palmete, donde a pesar de las contrariedades las aulas y pasillos han sido decoradas con esfuerzo y entusiasmo?

La quinta conclusión del evento sobre innovación educativa habla de que “La mejor innovación es la que atiende a los que más lo necesitan”, por lo que “Hay que buscar el éxito de cada uno de los alumnos y personalizar el aprendizaje”. Desgraciadamente, en el sistema educativo público andaluz no hay los recursos de apoyo necesarios para atender a todo el alumnado que precisa de ellos: docentes de Pedagogía Terapéutica insuficientes al ser compartidas, EOEs con excesivos centros, visitas de la psicóloga a centros de primaria reducidas a una vez en semana mientras hacen la evaluación de altas capacidades y preparan los tránsitos (con lo que el tiempo para valorar al alumnado es mínimo), personal médico del EOE que con frecuencia no puede detenerse en la forma adecuada a atender realmente a las necesidades de los niños y niñas…

A ello se le añaden los recortes de personal encubiertos al no cubrir las reducciones de docentes mayores de 55 años, ni las reducciones de horarios (sean por cuidado de hijo o por motivos personales), ni incluso las asignadas por funciones sindicales, ni los días de permiso sin retribuir (a pesar de que se descuenta el sueldo), ni los permisos por matrimonio. Todo ello va en detrimento del horario de apoyo, como la no cobertura de bajas hasta los diez días, todavía vigente, que la persona encargada de los apoyos debe sustituir en la práctica. Un ejemplo de este recorte de personal es el CEIP Maestro José Fuente de Sevilla Este, donde han tenido tres permisos por matrimonio consecutivos, motivo  por el cual contarán con un docente menos durante al menos un mes y medio; situación a la que se une el hecho de que para casi 50 alumnos solo dispone de una AL, que únicamente podrá atender al alumnado más prioritario.

Frente a este cúmulo de contingencias desfavorables, la mejor baza con que cuenta la escuela pública es el interés y la motivación de sus docentes. Es su compromiso, su formación continuada, sus ganas de trabajar y su lucha lo que hace que el milagro diario de la enseñanza siga adelante en Andalucía. Conviene que no lo olvidemos.

Andalucía, 3 de octubre de 2018